La historia que hoy quiero contaros podría comenzar un día cualquiera, aunque si nos ponemos quisquillosos, empieza un lunes 20 de Septiembre de 2010, a eso de las 4 de la madrugada. Es la hora a la que, en 8 puntos distintos de España, el despertador se pone a trabajar. Tengo en mi registro el nº exacto de los pobres artilugios con engranajes que fueron golpeados, estampados contra el suelo o despedazados en general, pero prefiero mantener ese oscuro dato en el silencio. Sin duda que la cifra os asustaría. Por eso tuvimos que tirar de los móviles durante el viaje...
Pero bueno. Un par de horas después, 7 de esos 8 homicidas de relojes se reúnen en un aeropuerto a las afueras de Alicante para comenzar un despropósito planeado hacía meses. ¿Cómo surgió semejante calamidad? De la única forma con la que se puede engendrar tanto mal: con un evento de tuenti.
La cosa fue más o menos así:
- ¿Os venís a Londres?
- Vale.
- ¿Cuándo?
- El 20 de septiembre.
- Mola.
- ¿Pero os viene bien la fecha?
- Esperemos que sí.
Como podeis ver, no resultó fácil, pero ya el asunto estaba en marcha. La terminal nos estaba esperando, así como el café mañanero y amargo de 2€ que tan bien sienta a esas primerizas horas. Facturar, registro de droga, embarcar... Pasos inevitables en estas cosas. Y por fin al avión que nos metimos.
Aunque sin duda os decepcionará, el vuelo ocurrió sin incidentes dignos de mención. 2 horas largas de suave desliz para aterrizar sin problemas en un aeropuerto que decía ser de Londres. Ya está. Pensareis. No quedaba más que desembarcar, coger un autobús hasta el albergue que teníamos reservado y descansar cómodamente para la primera tarde en tierras sajonas.
Pero no, mortales. No os molestaría si el devenir de los hechos fuera así de simple. Preparaos para una historia llena de emoción, sorpresas y aventuras desde el mismo momento en que pisamos la Gran Bretaña.
Pero para eso habrá que esperar al próximo capítulo.
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